día 4
María, siempre atenta,
de las cosas se da cuenta.
Servicio, atenta a las necesidades de los demás, nos enseña a orar, a pedirle a Jesús.
EQUIPO
DIA 4: El valor que se destaca este día es
la actitud de servicio de María, está atenta a las necesidades de los
demás y nos enseña a orar, a saber cómo pedirle las cosas a Jesús. Nos
vamos a centrar en la frase «Haced lo que Él os diga» como base del
tema de hoy.
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Antes de comenzar, ponemos
el grupo en manos de María. Como sabemos Diego Ernesto tenía un especial
cariño por la Virgen, por lo que le ofrecemos a ella este día de
Campamento (podemos
hacerlo con una canción a María que se sepan los jóvenes para que
puedan cantarla (si el responsable o alguno de los jóvenes sabe tocar
la guitarra, ¡estupendo!), con un Dios te salve o con el rezo del
Ángelus. Se puede repartir el Ángelus entre los miembros del grupo y así
se hace entre todos):
Para comenzar el grupo, después de haber puesto en situación a los
jóvenes acerca de día que vamos a tratar, podemos empezar analizando el
siguiente dibujo:
¿Qué es lo primero que vemos en él?
¿Cuál es la actitud de los distintos personajes?
¿Qué pensamos que pueden estar celebrando?
Vamos a centrarnos en tres detalles fundamentales:
¿Cuál es la actitud de María?
¿Cuál es la actitud del mundo?
¿Qué diferencia hay entre las botellas que aparecen en el dibujo?
Explicación para guiar las respuestas a las preguntas:
En el dibujo podemos ver cómo todos los personajes que aparecen están
alegres, aunque la alegría de unos no parece ser la de todos. Mientras
que los que aparecen al fondo de la imagen parecen estar celebrando un
acontecimiento verdaderamente importante para ellos y lo celebran de
corazón, con un vino nuevo que les proporciona la verdadera alegría, el
mundo se conforma con vino de garrafón que le ofrece una felicidad
pasajera. En el momento en el que se bebe el vino de la fama, del poder
o de la riqueza todo está bien, pero una vez que se pasa el efecto y que
cae la última gota del vaso, el mundo queda vacio y necesita de algo
más. María, que es una mujer lista y suspicaz se da cuenta de que algo
no marcha del todo bien y se acerca al mundo con alegría, y con mucho
cariño y tacto le susurra que hay un vino bueno, el vino alegre y
comunitario del amor y de la Fe.
Un «vino» que sólo lo saborean quienes han creído en el amor gratuito de
Dios Padre y viven animados por un espíritu de verdadera fraternidad,
como podemos ver en los personajes que aparecen en la parte posterior
del dibujo.
2.
Tu Palabra nos da VIDA
Lectura: Bodas de Caná (Juan 2, 1-12)
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Al
tercer día se celebró una boda en Caná de
Galilea,
y estaba allí la madre de
Jesús.
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Fue
invitado también Jesús con sus discípulos a la boda.
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Y
como faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: —No tienen vino.
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Jesús
le dijo: ¿Qué tiene que ver eso conmigo y contigo, mujer? Todavía no ha
llegado mi hora.
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Su
madre dijo a los que servían: —Haced todo lo que él os diga.
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Había
allí seis tinajas de piedra para agua, de acuerdo con los ritos de los
judíos
para la purificación. En cada una de ellas cabían dos o tres medidas.
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Jesús
les dijo: —Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde.
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Luego
les dijo: —Sacad ahora y llevadlo al encargado del banquete. Se lo
llevaron;
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y
cuando el encargado del banquete probó el agua ya hecha vino, y no sabía
de dónde venía (aunque los sirvientes que habían sacado el agua sí lo
sabían), llamó al novio
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y le
dijo: —Todo hombre sirve primero el buen vino; y cuando ya han tomado
bastante, entonces saca el inferior. Pero tú has guardado el buen vino
hasta ahora.
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Este
principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su
gloria; y sus discípulos creyeron en él.
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Después de esto, él descendió a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y
sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
Explicación de la lectura para el
responsable
(de cara a los juveniles hemos de resaltar la parte de la lectura en la
que María les dice HACED LO QUE ÉL OS DIGA y adaptar la explicación al
grupo que tengamos): En
este episodio podemos contemplar la primera intervención de María en la
vida pública de Jesús, que pone de relieve su cooperación en la misión
de su Hijo.
Significado de la presencia de Jesús en la boda:
Las
bodas de Caná de Galilea -pueblo de la montaña, a unos quince kilómetros
de Nazaret- son el comienzo, según Juan, del camino de Jesús y de sus
discípulos. Resalta la manifestación de Jesús en el corazón de la vida
humana.
Jesús
aparece en medio de la vida, sensible a los problemas cotidianos,
haciéndose cargo de ellos. Dios se ha comprometido, en su encarnación, a
compartir nuestra vida, a hacer suyos nuestros dolores y nuestras
alegrías, nuestros problemas y nuestras victorias. ¿Quién se hubiera
atrevido a aconsejar a Jesús que hiciese su primer milagro en unas bodas
aldeanas, en medio de una escena de taberna, en donde nadie esperaría
ver a un profeta? Dios nos contradice sin cesar. Es imposible saber de
antemano lo que va a hacer. ¿No ha hecho, en nosotros y en los demás -en
el mundo-, las cosas al revés de como las habríamos hecho nosotros?
¿Quién se iba a imaginar que llevaría adelante el Reino en medio del
fracaso y la cerrazón de los que nos llamamos cristianos, lo mismo que
le había sucedido antes con el pueblo de Israel?
Dios
ha creado las cosas para que podamos gozar en ellas. La primera lección
que van a recibir los discípulos (varios, al proceder de Juan Bautista,
habían sido instruidos en el desierto, en medio de una vida muy
austera), será la de aprender a captar las virtudes más primarias y
sencillas: sinceridad ante la vida, ante el gozo y la amistad de la
gente. Pensamos que para acercarnos a Jesús tenemos que hacernos más
celestiales, más angélicos. Y Jesús tiene interés en demostrarnos que el
verdadero camino para parecernos cada vez más a Él es el que nos hagamos
cada vez más humanos. Si fuéramos más humanos, más generosos, más
cariñosos, más atentos los unos con los otros, más compasivos y más
delicados, tendríamos en común con Jesús un gran número de sentimientos
que nos convertirían en personas cercanas a Él. Dejaría de ser para
nosotros un personaje extraño y lejano, sin relación con lo que nos
sucede en la vida diaria.
Significado de la presencia de María: El
significado y el papel que asume la presencia de la Virgen se
manifiestan cuando llega a faltar el vino. Ella, como experta y solícita
ama de casa, inmediatamente se da cuenta e interviene para que no
decaiga la alegría de todos y, en primer lugar, para ayudar a los
esposos en su dificultad. Dirigiéndose a Jesús con las palabras: «No
tienen vino», María le expresa su preocupación por esa situación,
esperando una intervención que la resuelva, más precisamente, esperando
un signo extraordinario, dado que Jesús no disponía de vino. Aquí la
Virgen muestra una vez más su total disponibilidad a Dios. La
respuesta de Jesús a su madre: «Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía
no ha llegado mi hora», es difícil de comprender, y ha sido por eso
objeto de las más variadas interpretaciones. En cualquier caso, el
desarrollo de los acontecimientos nos muestra la confianza familiar
entre madre e hijo, así como la profunda sintonía entre la confiada
solicitud de María y la generosa condescendencia de Jesús. La
exhortación de María: «Haced lo que él os diga», conserva un valor
siempre actual para los cristianos de todos los tiempos, y está
destinada a renovar su efecto maravilloso en la vida de cada uno. Invita
a una confianza sin vacilaciones, sobre todo cuando no se entienden el
sentido y la utilidad de lo que Cristo pide.
Las palabras de María: «No tienen vino», nos invitan a meditar en la
sensibilidad que deberíamos tener hacia las necesidades y carencias de
los demás para contribuir por nuestra parte a llenarlas y presentárselas
a Jesús.
Las otras palabras de la Virgen: «Haced lo que él os diga», nos inducen
a la total confianza en Cristo como medio y camino necesarios para que
Él obre en nosotros incluso lo extraordinario. María no conoce los
planes de Jesús, pero afirma que hay que aceptar su programa sin
condiciones y estar preparados para seguir cualquier indicación suya.
Palabras lúcidas y llenas de sentido para todo cristiano que quiera
serlo de verdad.
Las palabras de Jesús: «Llenad las tinajas de agua», nos indican que de
ordinario Dios requiere nuestra colaboración, que hagamos lo que está de
nuestra parte, aun cuando Él podría hacerlo todo sin necesitar de
nosotros.
Desarrollo de la dinámica: Las tinajas
del cambio
Material:
Dibujo de tinaja (ver Anexo 1)
Frase en papel: HACED LO QUE ÉL OS DIGA (ver Anexo 1)
Lápices, bolígrafos
Nota: Es importante que las tinajas las dibujemos o las llevemos
impresas en folios blancos o de colores para hacer esta dinámica.
Cada una de las tinajas llevará escrito por detrás: DESGANA,
ABURRIMIENTO, DIFICULTAD, DESÁNIMO, CANSANCIO, la última tinaja estará
en blanco para que sean los propios juveniles los que la rellenen con
aquellas actitudes que necesitan cambiar o enfrentarse a ellas de una
manera distinta desde la oración.
Tal y como había en la boda de Caná, tenemos delante nuestra seis
tinajas. Estas tinajas están llenas de un vino que es de una calidad
regular y no nos proporciona una alegría verdadera y queremos llenarlas
de vino bueno. Vamos a ir descubriendo cada una de las tinajas. Una vez
que veamos el contenido, vamos a mirar la frase que María le dijo a los
sirvientes HACED LO QUE ÉL OS DIGA y vamos a pensar cuál es nuestra
actitud ante esa dificultad que tenemos delante y cuál es la actitud que
Jesús quiere de nosotros para que la afrontemos de la mejor manera
posible.
Compartimos en voz alta cuáles son nuestras actitudes ante estos
problemas y cuál es la actitud con la que creemos que a Jesús le
gustaría que respondiéramos.
Algunas preguntas que podemos lanzar para la reflexión y generar el
diálogo:
- ¿Por qué respondemos de esa manera ante tal problema?
- ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo responder de otra forma?
- ¿Pedimos ayuda a Dios ante las dificultades? ¿Cómo lo hacemos?
Clave: Dios nos puede ayudar a cambiar nuestra forma de enfrentarnos a
las dificultades siempre que nosotros queramos hacerlo. La oración es la
forma que tenemos de comunicarnos con él y de contarle lo que nos pasa y
pedirle que esté a nuestro lado cuando más lo necesitamos. Un buen
ejemplo de esto lo tenemos en María. En la boda ella está muy preocupada
porque no hay vino y recurre a su hijo, le pide ayuda y aunque la
respuesta de Jesús no fuera “mamá, ahora mismo”, “lo hago enseguida”,
ella confía plenamente en Él. A nosotros nos pasa igual, muchas veces
pedimos ayuda a Jesús y no siempre escuchamos lo que queremos oír, pero
si confiamos de verdad en Él como hizo María veremos que Él nos quiere
de verdad y que siempre quiere lo mejor para nosotros, aunque eso no sea
lo que entra dentro de nuestros planes o lo que habíamos pensado.
Al acabar el grupo, cada uno de los juveniles escribe en el papel el
nombre de su madre y algo bueno que les llame mucho la atención de sus
madres (en concreto, puede ser una actitud de servicio o de estar
siempre atenta, a esa faceta “brujilla” de las madres que tanto nos
sorprende muchas veces – cómo saben lo que nos pasa sin que nadie se lo
haya contado-). Una vez que terminen, el responsable del grupo recoge
los papeles y los vuelve a repartir de modo que a cada uno le toque el
nombre de la madre de otro, para que den gracias por la madre de cada
una de las personas del grupo. Una posible forma de terminar este grupo
sería en la Capilla, con esta Acción de gracias por cada una de las
madres. O bien, que los juveniles a lo largo del día, se acerquen a la
capilla y den gracias por la madre de la persona que les haya tocado.
En caso de que por las características del grupo no sea posible dar
gracias por actitudes de las madres, sí que ellos mismos pueden decir
personas importantes en sus vidas y qué actitudes de servicio y atención
destacan de esas personas, y dar gracias por ellas.
4.
Entrega tu VIDA
Para terminar, podemos escuchar, leer o cantar la canción a María
llamada “Macarena”
MACARENA
Pedimos a los juveniles que resalten la frase de la canción con la que
más se identifican y que expliquen el porqué.
Reflexionamos sobre lo siguiente:
¿En mi vida María es para mí un medio para llegar a Jesús?
Compromiso de grupo: repartimos un papel a cada juvenil para que escriba
algo que quiere pedirle a Jesús a través de María. Cuando los tengamos,
el responsable los recoge y los vuelve a repartir de manera que a cada
uno le toque uno distinto al suyo. Nos comprometemos como grupo a pedir
cada uno por aquello que nos haya tocado de otro miembro de nuestro
grupo. Esta es la fuerza y el sentido de la oración comunitaria: no
estamos solos, además de pedirle a María por nuestras necesidades
también tenemos presente la necesidad de otro hermano. Así, todos
quedamos unidos en la oración.
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