día 4
María, siempre atenta,
de las cosas se da cuenta.
CUENTO
HACER CAFÉ
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A
los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en
un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y
lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿Qué ves?"; "Zanahorias, huevos y café" fue
su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo
hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo
rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que
probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: - "¿Qué significa esto, padre?" Él le explicó que
los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero
habían reaccionado de forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura;
pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de
deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su
interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había
endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en
agua hirviendo, habían cambiado el agua. "¿Cuál eres tú,
hija?, Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo
respondes?", le preguntó a su hija.
María ante la dificultad de que no queda vino se las ingenia para pedir ayuda. Confía plenamente en Dios y sabe que su hijo, a pesar de la respuesta cortante que le da, no la dejará sola. ¿Cómo es nuestra actitud ante las dificultades?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te
tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con
un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero después de una pérdida,
una crisis, o un problema te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual,
pero ¿Eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres
como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le
causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su
mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Esparces con tu fuerza y positivismo el "dulce aroma del café".
¿Y tú?, ¿Cuál de los tres eres?