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DÍA 3 VIVIR UNIDO A JESUS

El tema del día es “Vivir unido a Jesús” y el objetivo último es plantear que la manera que tenemos los cristianos para ser felices es encontrando la unión intima con Él, es decir,  “Vivir unido…”, sin “s”, cada uno debe encontrar la intimidad que le una a Cristo, la de otro le valdrá a él, pero quizá no a mi. No hay fórmulas mágicas válidas para todos. Veremos las distintas maneras que disponemos para estar cada vez más unidos a Él. El cuento que se propone hace un paralelismo entre un hijo que se distancia de su padre porque ya no está con él y las maneras que encuentra éste para hacerle presente en su vida; y las maneras que tenemos los cristianos de unirnos más a Cristo.

Se ofrece un esquema básico para seguir.

1º Lectura del cuento:

Carlos tenía algo menos de 15 años cuando su padre tuvo que marcharse a la Gran Guerra y quedara solo al cargo de la casa. Su padre, todas las semanas, le escribía cartas desde el frente en el que le contaba cómo se encontraba, donde le daba consejos sobre cómo tenía que ir haciéndose cargo de la casa y sobretodo donde le decía cuánto le quería.

Pero un día, no llegó la carta esperada. Un problema en correos, pensó, pero el tiempo pasó y el buzón no se volvió a llenar. La gran tristeza que Carlos sintió se fue difuminando con el tiempo y la aceptación de que su padre, seguramente, había caído en combate. Carlos fue creciendo y poco a poco su padre fue formando parte de recuerdos cada vez más difíciles de recordar.

Una noche Carlos tuvo un sueño donde su padre no se había ido nunca a la guerra, donde iban a pescar, trabajaban juntos, reían juntos y crecían juntos. Carlos se despertó llorando, de repente se vio hablando con su padre, le pedía explicaciones de dónde se había metido, y sobretodo diciéndole lo mucho que le echaba de menos. Amaneció y decidió que el sueño de aquella noche no se quedaría ahí. Algo había cambiado en su interior.

Desempolvó el baúl donde guardaba las cosas de su padre. Fotos antiguas, la vieja pipa donde pasaba las tardes al sol, el ajedrez donde mataban al rey y al tiempo, y otras cosas que dispuso en la casa para hacer presente a su padre. Nunca más caería en el olvido.

Carlos, que trabajaba en lo que le salía, organizó el cajón de sastre de su vida y el de su padre y recuperó el oficio que éste había desempeñado toda su vida.

También decidió que cada año, coincidiendo con el cumpleaños de su padre, se reuniría con los viejos amigos del padre y familiares más allegados y tomarían unas cañas en el bar al que solía ir y recordarían batallitas y lo buen tipo que era.

Y por las noches, antes de acostarse, Carlos leería las cartas que durante la guerra le estuvo mandando. Las leía y releía hasta quedar dormido, saboreando cada palabra, cada consejo, como si estuviera a su lado, como si nunca se hubiera ido.

Y así, Carlos hizo del recuerdo de su padre, un modo de vivir. Carlos vivía su vida con la pre-esencia de su padre.

Una tarde, llamaron a la puerta de Carlos, éste fue abrir y se encontró con que su padre, cansado y maltrecho se encontraba delante de él. Hijo, le dijo, perdona por no poder haber regresado antes. Carlos lo abrazó al instante, sin dejar que continuara hablando, durante largo rato, para al final decirle: Solo esto me faltó, solo esto.

2º Reflexión y preguntas.

Ahora lo que se pretende es que se entable un diálogo con los jóvenes de manera que podamos ir tocando los puntos que nos interesan. Para ello, ofrecemos una serie de preguntas y reflexiones acerca del cuento para que el diálogo no se disperse y podamos concretarlo. (En cursiva las notas para el responsable)

Señalar lo más característico del cuento, sinopsis breve. En el cuento hay 3 momentos clave.

·         La separación del padre y el hijo a causa de la guerra y el olvido tras la falta de noticias de éste.

·         El sueño que tiene Carlos y que le hace removerse por dentro. Despierta con otro ánimo.

·         Las maneras que encuentra Carlos de hacer presente a su padre

Tratamos de identificar y dejar claros estos tres momentos como fundamentales del cuento. Ahora es el momento de ir profundizando. Algunas preguntas que pueden ayudar serían:

a)      Y nosotros, ¿alguna vez nos hemos ido alejando de Cristo, nos hemos ido olvidando de Él, como le pasó a Carlos con su padre?, ¿qué cosas propician a veces que pase eso?

Es el momento en que los jóvenes toman contacto con su realidad y expongan cuáles son las maneras que ayudan a que nos alejemos de Cristo.

b)      Llega un momento en el que Carlos cambia la actitud y comienza a hacer cosas para tener presente a su padre y que no caiga en el olvido, cosas que nos pueden ayudar a nosotros también. ¿Cuáles son las pistas que nos da Carlos para estar más unidos a Cristo?

En el cuento, Carlos ingenia ciertas cosas para tener presente a su padre y que son paralelismos con cosas que a los cristianos nos unen a Cristo.

·         El cambio de actitud de Carlos es propiciado por un sueño, en nuestro caso pueden ser encuentros o experiencias de Cristo. Luego Carlos, al despertar se pone a hablar con su padre expresándole sentimientos y demás. Eso es para nosotros la oración que es la que nos hace unir nuestra realidad con la de Cristo, la que nos hace ver la vida de otro modo.

·         Carlos desempolva las cosas viejas de su padre, fotos, la pipa, etc. Son los símbolos que le recuerdan al padre, objetos puede tocar, oler. Lo hacen presente sin estar él. Estos son los sacramentos para nosotros, símbolos para hacer de nuestra relación con Dios algo más tangible.

·         También recupera el oficio de su padre, sastre. Carlos que no concretaba su profesión encuentra en la de su padre la manera no solo de ganarse la vida, sino también de tener presente aquél que el oficio le enseño. Para un cristiano esto no es otra cosa que vivir según Cristo nos manda, imitarlo, tener buenas actitudes en todas nuestras facetas de la vida. La profesión del padre era sastre, la de Cristo, amar.

·         Reunirse con todos, charlar sobre él y brindar. Aquí nos encontramos con otra manera de unirnos más a Cristo: la Iglesia que nace cuando nos reunimos en su nombre y la Eucaristía cuando lo recordamos y celebramos.

·         Leer las cartas que su padre le escribió. La palabra y la lectura del evangelio son otra manera de unirnos a Cristo. Leer y releer los consejos que su padre, que le conocía por encima de todos, le dirige a él personalmente porque le quiere es lo que hacemos cuando leemos la palabra.

Todos estos paralelismos deben ir surgiendo a medida que los jóvenes vayan aportando ideas, viendo las actitudes de Carlos y ayudándoles el responsable a que lleguen al sentido profundo que realmente tiene. Haciéndoles ver que hay muchas maneras de unirse a Cristo, que cada uno debe encontrar la manera que mejor le viene en cada momento de su vida. No hay formulas generales válidas para todos. Pero que si no se ponen en práctica, llega el día en que Cristo también se irá difuminando de sus vidas, sin hacer ruido, pero se desvanecerá. Un cristiano que no busque esa unión personal no encontrará la felicidad en Cristo y se irá.  La fe es una planta que crece sin que nos demos cuenta, pero que necesita de cada gota de agua que le echemos para que no marchite.

3º Lectura final y compromisos

Para la lectura final proponemos Mateo 5, 1-12, las bienaventuranzas.

 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados sois cuando por mi causa os insulten y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro premio es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Tras la lectura, proponemos al grupo que nos pongamos un compromiso, pero un compromiso que podamos cumplir hoy mismo, antes de que acabe el día. El compromiso debe consistir en algo que potencie nuestra relación con Cristo. Algunos ejemplos serían:

-          Sacramentos: ir el grupo al completo a confesarse

-          Oración: tener un rato de oración el grupo entero a parte de los momentos así establecidos en el campamento.

-          Vivir como él: ayudar a una tienda a lavar sus platos.

-          Eucaristía: sentarnos en primera fila o con el coro para ensayar y cantar luego.

-          Palabra: quedar en la capilla en el tiempo libre para leer una lectura

Esto son ejemplos de lo que se propone, pero cada grupo deberá idear el suyo si ninguno le conviene.

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