día 4
"El santo del día a día: ora, lucha y confía"
CUENTO
CUENTOS
- ORA:
Un pobre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche descubrió de pronto que no llevaba consigo su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta, y el pobre hombre estaba muy afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus oraciones.
Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo: "He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar".
Y el Señor dijo a sus ángeles: "De todas la oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido, sin duda alguna, la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero".
- LUCHA:
Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo
llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vio
que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas,
viendo que la mariposa luchaba por poder salir de capullo.
El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del
pequeño orificio en el capullo, hasta que llego un momento en el que pareció
haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.
Pareció que se había atascado.
Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la
mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para
hacerlo más grande y así fue que por fin la mariposa pudo salir.
Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas
pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas
se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se
contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones
sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su
cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la
apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el
diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo
de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego
pudiese volar.
Libertad y el volar solamente podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la
mariposa de la lucha, también le fue privada su salud.
- CONFÍA:
Cuentan que un alpinista desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía después de años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde. No se preparó para acampar, sino que siguió subiendo decidido a llegar a la cima, hasta que se hizo la oscuridad. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña; ya no podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida. Pensaba que iba a morir; sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo partió en dos...Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. Después de un momento de quietud, suspendido por los aires, gritó con todas sus fuerzas:
-"¡¡¡Ayúdame Dios mío!!!..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-"¿ QUÉ QUIERES QUE HAGA, HIJO MIO ?"
-"Sálvame, Dios mío "
-"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
-"Por supuesto, Señor "
-"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al día siguiente encontraron colgado a un alpinista muerto, congelado, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...
¿Y tú ? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda?
¿Por qué no la sueltas?