EQUIPO
1. Partimos de la vida.
Son dos las ideas principales que propongo trabajar en este tema:
1. Despertar la inquietud en los juveniles por descubrir la vocación Mies como la posible respuesta a la llamada que Dios les hace hoy.
2. Que se descubran como parte de esta gran familia Mies que formamos y se pregunten cuál es su misión dentro de la misma, siendo conscientes de las posibles dificultades.
Podemos comenzar el equipo asomándonos a nuestra historia de fe. Les pedimos que, cerrando los ojos , intenten hacer un recorrido por su vida y reconozcan cómo Dios los ha llamado. Pero les pedimos que se detengan en cómo, en qué momento y a través de qué personas entraron en Mies. Es importante que lo hagan recordando cada detalle....personas, lugares, circunstancias personales, inquietudes y sentimientos, etc. Lo pueden escribir si eso les ayuda a recoger más detalles y expresarlo mejor. Una vez que lo hacen a modo personal, les pedimos que cada uno comparta su historia con los demás.
Partimos de esta reflexión para ir dando sentido al hecho de por qué estamos aquí hoy, en Mies. El encontrarme hoy aquí, en este campamento, en este movimiento, en esta parroquia, en este equipo...,no es casualidad ni coincidencia. Dios nos habla a través de las personas concretas y de los acontecimientos, sale a nuestro encuentro para algo. Que Dios nos llama es un hecho real, palpable. Son mucho, como hemos ido viendo en estos días, los que a lo largo de la historia han recibido la llamada de Dios de distintas formas y a través de diversas circunstancias. Y todas esas llamadas tienen un denominador común.. llamados a ser "santos"(Gen 17,1) . Pero esta llamada a la santidad, o como diría santa Teresa "mi vocación es el Amor", tiene que aterrizar en el día a día, en una forma concreta. La vocación Mies no es otra cosa que una concreción de ese Amor, de ese deseo de querer ser santo. Es una manera de responder a Dios ,un estilo concreto de vivir la santidad. Y como toda vocación surge en un momento concreto de la historia, rodeada de personas, lugares y hechos que acontecen para dar respuesta al plan de Dios para con el hombre, para hacer realidad el sueño que Dios pensó.
Es en este momento cuando tocamos a la puerta del Padre Diego Ernesto y nos asomamos a su historia. Y lo hacemos en clave de fe, preguntándonos qué tenemos cada uno de nosotros que ver en esa historia. Pues lo que hoy podemos contemplar como una gran construcción, como una hermosa obra de arte, no existe de la noche a la mañana y de la nada, sino de ladrillo a ladrillo, de peldaño a peldaño, de la suma de muchas pequeñas pinceladas que hacen posible toda una obra de arte.
Comenzamos estableciendo un diálogo entre todos y comentamos qué sabemos de Diego Ernesto, cómo descubrió su vocación( detalles, momentos, circunstancias y personas claves en su vida),cómo fundó Mies y qué papel tuvo la Virgen en todo esto, qué le llevó a elegir a nuestros patronos y mentores, cuáles son nuestros fines y el por qué de ellos,...Se trata de ir compartiendo entre todos, a grandes rasgos, lo que conocemos de la vocación Mies y cómo surge ésta en la Iglesia.
Es el momento de recoger lo compartido y completar aquellos detalles relevantes, teniendo como horizonte claro el despertar la curiosidad y la inquietud de los juveniles por este estilo de vida. En una hora es imposible contar con pelos y señales lo que muchos hemos ido conociendo a lo largo de los años, pero sí que podemos contagiar esa ilusión y ese amor por haber encontrado el tesoro de sentirnos llamados a vivir como Mies. Sería bueno hacer hincapié en cómo Dios ha ido tocando los corazones de mucha gente, y lo ha hecho de forma distinta. Con cada uno ha recorrido un camino diferente, pero todos tenemos en común el habernos sentidos llamados y el pertenecer a la misma familia, Mies. Esta gran familia da cabida a todo tipo de llamadas: célibes, casados, sacerdotes,...Todas pueden convivir dentro de un mismo sentir y un mismo horizonte. Podemos nombrar ejemplos de personas conocidas por ellos, e incluso ponerlos a ellos como ejemplos de cómo Dios sigue escribiendo la Historia.
Como hemos visto, nuestra vocación surge para dar respuestas a unas necesidades concretas , los niños y jóvenes, y lo hace en un marco social y temporal. Pero esta vocación no es un cajón estanco, no es un conjunto de hechos que tuvieron lugar en el pasado. Mies es una vocación viva, no es un producto acabado, una obra de arte finalizada, sino todo lo contrario, se va haciendo cada día, con cada uno de nosotros. Está en continuo crecimiento, va cambiando conforme el Espíritu va soplando y nos vamos dejando guiar por Él. Por ello, es bueno conocer nuestra historia, nuestras raíces, de dónde venimos, para situarnos y ver hacia dónde vamos, qué es lo que hoy, en este momento, Dios quiere de Mies, quiere de nosotros, quiere de mí. Como decíamos al principio, no es casualidad que hoy estemos aquí. Dios nos trajo hasta aquí por algo, para algo. Y esa es nuestra tarea, conocer qué es lo que Dios nos pide, cuál es el camino del amor que quiere que andemos. Llegados a este punto, se pueden lanzar las siguientes preguntas con la intención de hacerlos partícipes de esta historia y para que se cuestionen qué papel juegan en todo esto. Que la familia Mies crezca ( no sólo en número, sino en amor, disponibilidad, entrega, alegría,...en Cristo) es responsabilidad de todos, no solo de unos pocos.
-¿Qué tengo yo que ver en esta historia?¿ Cuál es mi papel en medio de todo esto?
-¿ Por qué y para qué me pone Dios en Mies?¿Qué creo que Dios espera de mí?
Conforme vamos conociendo los detalles de nuestra vocación, conforme la voy descubriendo poco a poco, me puedo ir enamorando de ella. Y solo así podré vencer cualquier dificultad que me encuentre en el camino. Solo si estoy convencido de que Dios me llama y siento ese fuego dentro, esa inquietud imparable, ese celo por querer vivir como Dios quiere, solo así, podré vencer cualquier obstáculo que se ponga por delante. Y seguro van a aparecer, pues, como en toda historia de amor, todo no es de color de rosa. Van a venir las tentaciones, las distracciones, las dudas, los desánimos, los cansancios, la rutina, los no merece la pena, los no ver los frutos, la tentación de mirar hacia otro lado, el ver que otros lo dejan y parece que me quedo solo, etc.
Para terminar, podemos hacer una lluvia de ideas a cerca de las dificultades que se pueden encontrar o que ya se encuentran, poniendo siempre el acento en aquello que les pueda ayudar a superar cualquier obstáculo.
¿Qué dificultades me encuentro o qué cosas me impiden responder a la vocación?
¿Qué cosas creo que pueden ayudar a que la vocación Mies crezca dentro de mí y a mí alrededor?
2. Tu Palabra nos da VIDA
Un ejemplo claro de fidelidad a la llamada de Dios fue María. En ella , en los pequeños y grandes detalles de su vida, se va haciendo realidad la vocación de ser la madre de Dios. Y no fue de repente, de un día para otro. Fue todo un proceso, todo un camino, toda una historia como las que hemos ido viendo. Sólo que gracias a ella Jesús se encarna. Y es ella quien lleva de la mano a Diego Ernesto a descubrir su vocación Mies.
Lc 1, 26-38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David, el nombre de la virgen era María. Y entrando le dijo; Alégrate, llena eres de gracia, el Señor está contigo.
Ella se conturbó por estas palabras y pensaba que significaría aquel saludo.
El ángel le dijo; No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
El será grande y será llamado hijo del altísimo, y el Dios le dará el trono de David, reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.
María respondió al ángel, ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?
El ángel le respondió: El espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra.
3. La VIDA en oración
Para acabar, podemos hacerlo haciendo nuestra la oración del Padre Ernesto. El responsable puede regalársela a cada juvenil y recitarla juntos, invitando a hacer eco de la frase o frases que más les hayan tocado el corazón.
ORACIÓN
Señor Dios mío padre de misericordia creo en ti, pero aumenta mi fe. Espero en tu bondad, más acrecienta mi esperanza. Te quiero y deseo que tu amor lo sea todo para mí, Señor, que sea yo un hijo amante. Te adoro y reverencio en lo más profundo de mi ser. Gracias por tantos favores como me das. Que hoy no te sea ingrato. Perdona mis muchas ofensas.
Padre mío ¡qué hijo tan malo para un Padre tan bueno! Te ofrezco todas las obras y sentimientos de este día. Que se convierta mi día en una oración.
Cristo Jesús, Hermano Mayor, quiero amarte como tú me amas. Que sea yo una copia fiel tuya en mi hogar, en mi ocupación y en mi apostolado.
Al menos que no te traicione, que no escandalice.
Espíritu Santo santifícame. Que me de cuenta hoy que vives en mí, y que hable contigo. ¿Te dejaré sólo?. Al menos que no te arroje de mi alma.
Te pido para hoy Gracia eficaz que me haga subir en tu amor. Te pido paz para mi alma. Que sepa vivir en paz aunque vengan tentaciones, caídas, inquietudes, escrúpulos, nerviosísimos.
Que sepa vencer las dificultades, que las circunstancias no me venzan a mí.
Que sea hoy fiel a mi santa vocación.
Que sea alegría para mí y para mis hermanos.
Madre, cuida a tu hijo que en ti espera. AMÉN.
4. Entrega tu VIDA
"Historias compartidas". Como compromiso, propongo que cada uno busque conocer la historia de fe de alguien a quien no conozca mucho y al mismo tiempo, comparta la suya propia. Es una bonita oportunidad para compartir algo tan hermoso y especial como lo es nuestra primera llamada, nuestro primer acercamiento a la vocación.
