día 4
A los que sienten rechazo
ofrecemos nuestro abrazo.
Comprensión. Dispuestos a ayudar. Dignidad como persona. Rehabilitar. No mirar por encima del hombro.
EQUIPO
1.
Partimos de la vida
“Los nadies”, los
hijos de nadie, los dueños de nada, los ningunos, los que todos
conocen sus rostros pero no sus vidas, los que se esconden, los
perdidos, los prescindibles…
Comenzaremos este equipo pensando en todas aquellas personas de
nuestro entorno (instituto, vecinos, barrio, familia…) que puedan
tener algo en común con estas características. Damos un tiempo para
compartir sobre quienes hemos pensado, quizás ha sido un compañero
de clase que siempre fracasa, un familiar que ya no tiene ganas de
hacer nada, un mendigo de la calle, un drogadicto del barrio, un
alcohólico…
Ahora nos
podemos hacer las siguientes preguntas para meditar en silencio o
bien compartirlas con los demás:
- ¿Me dan
miedo esas personas? ¿Conozco sus vidas realmente?
- ¿Veo en
ellos posibilidad de cambio?
-
¿Mantengo una posición ajena que enjuicia lo que son y lo que hacen
nada más?
- ¿Siento
lástima por ellos? ¿Me creo mejor que ellos?
2.
Tu Palabra nos da VIDA
Jesús apostaba por
los que nadie apostaba, buscaba a quien se daba por perdido e
incluso recibía con los brazos bien abiertos a quien nadie ya
quería. En esta parábola de Lucas 15, 1-7, vemos un ejemplo del
pastor que busca a su oveja perdida aun teniendo otras noventa y
nueve bien resguardadas. Aquí, los números no pesan, no son
importantes. En cambio, la compasión y el cariño son la clave para
buscar aquello que a simple vista tiene ya poco valor o no sirve
para nada como es la oveja perdida.
Parábola de la oveja perdida
15 1
Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se
acercaban a Jesús para oírle; 2 y los fariseos y
los escribas murmuraban, diciendo: Este recibe a los pecadores y
come con ellos.
3 Entonces
Él les refirió esta parábola, diciendo: 4 ¿Qué
hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde,
no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la que está
perdida hasta que la halla? 5 Al encontrarla,
la pone sobre sus hombros, gozoso; 6 y cuando
llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles:
“Alegraos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.”7 Os
digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un
pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no
necesitan arrepentimiento”.
3.
La VIDA en oración
Podemos terminar este
equipo orando y recordando a través del poema de Eduardo Galeano
“Los nadies” a todos los olvidados, si parece bien podemos leerlo en
voz alta y repetir la frase que más nos ha gustado o llamado la
atención.
Los Nadies – Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un
perro
4.
Entrega tu VIDA
Compartir es
multiplicar, quien compadece y no comparte, ni compadece ni nada.
Puede
parecer que si sufro no sólo por lo que me sucede a mí, sino también por
lo que les sucede a los demás, mis probabilidades de felicidad van a
disminuir. Sin embargo, sentirse afectado por el dolor de los demás
puede generar realmente personas más felices. Esto parece una
contradicción pero si tomamos la compasión como nuestra guía va a hacer
que tengamos sensibilidad hacia quien es débil o está
herido, vulnerabilidad para sentirnos afectados por el otro y
finalmente, va a demandar de nosotros acciones para aliviar el
sufrimiento y el dolor. No podemos olvidar que si nos conmovemos ante el
sufrimiento y lloramos de emoción, pero no actuamos de ninguna manera,
esto no es compasión, sino caer en el error de simplemente sentir
lástima.
La
lástima es compasión frustrada, no es compasión auténtica.
En la
siguiente lista de frases relacionadas con la compasión, cada uno elige
la que más le guste o le pueda costar poner más en práctica, así nos la
podemos repetir durante el día y tenerla como compromiso personal. Se
pueden añadir otras que no estén a continuación:
-
Tu problema es mi problema.
-
Los “no puedo hacer nada para ayudarte” no son mi excusa.
-
Soy hijo/a, hermano/a, amigo/a y vecino/a no solo en tus alegrías sino
también en tus tragedias.
-
Dedicar tiempo en cantidad y en calidad a los otros.
-
Te escucho pero no te etiqueto.
-
Quiero conocerte para poder entenderte.
-
No vengo a juzgar tu vida, sino a ayudarte a levantarte.
-
Ensúciate las manos, no vale contemplar y no actuar.
|
cajón de recursos
|