EQUIPO
1.
PARTIMOS DE LA VIDA
Vamos a leer el cuento de Serafín. Hay
que hacer todos los gestos que se nos invitan a hacer.
El
pequeño Serafín estaba un buen día en el cole jugando con gran regodeo
en el recreo,
cuando de repente,
se llevó la mano a la frente, y se
dijo:
—
¡Arrea! En mi casa me dejé mi bocadillo de membrillo. ¡Y tengo un hambre
muy grande!
Entonces el pequeño Serafín
se puso la mano en su estómago desconsolado
que rugía de hambre como un león enjaulado.
En
esos momentos
una niña muy atenta
se acercó a él y le dijo contenta:
—
Me he dado cuenta de que tienes hambre. Toma un trozo de mi bocadillo de
membrillo para que no tengas ningún calambre.
Serafín, sorprendido, dio un gran salto de alegría,
le dio las gracias y
se lo comió con ganas,
mientras la niña se marchaba saltando llena de
alegría.
Al
día siguiente,
Serafín estaba en el suelo del patio sentado porque el
lazo de un zapato se le había desatado, y como no sabía hacerse el nudo
en el zapato
se rascaba la cabeza pensando cómo solucionarlo.
(Ahora damos todos a la vez un gran salto de alegría como Serafín.)
(Ahora todos hacemos como Serafín, nos ponemos la mano en el estómago y
rugimos como un león enjaulado.)
En esos momentos, la misma niña, muy atenta, se acercó a él y le
dijo contenta:
— Me he dado cuenta de que tienes desatado el zapato. Si quieres
te digo cómo atarlo.
Serafín, sorprendido, dio un gran salto de alegría, aprendió a
atarse el zapato y le dio las gracias asombrado, mientras la
niña se marchaba saltando llena de alegría.
Otro día iba Serafín por el patio del colegio nervioso como un
oso,
moviéndose de un lugar a otro,
mirando al suelo como loco
porque se le había perdido un cromo muy valioso.
En esos momentos, la niña atenta se acercó a él y le dijo
contenta:
— Me he dado cuenta
de que se te ha perdido algo muy preciado, y
por casualidad,
un cromo muy valioso me he encontrado en el
patio tirado.
Igual es lo que estás buscando.
(Ahora todos a la vez hacemos como Serafín, nos rascamos la
cabeza con una mano, y al mismo tiempo, con la otra mano, nos
tocamos un zapato.)
(Ahora damos todos a la vez un gran salto de alegría como
Serafín.)
(Ahora todos a la vez hacemos como Serafín, miramos al suelo
buscando algo que se nos ha perdido y nos movemos de un lugar a
otro buscando como locos.) |
MA y VIVE la JUSTICIA |
Serafín, sorprendido, dio un gran salto de alegría, cogió el
valioso cromo
y le dio las gracias emocionado,
mientras la niña
se marchaba saltando llena de alegría.
(Ahora damos todos a la vez un gran salto de alegría como
Serafín.)
Entonces Serafín se marchó tras la niña
para preguntarle cómo se
llamaba,
y porqué tanto le ayudaba,
acertando siempre en todo lo
que necesitaba.
La niña le dijo que su nombre era Paula, y tenía un gran poder
en su mirada. Con sólo mirar a los que están a su lado sabe si
hay alguien necesitado.
Y cuando lo descubre,
le echa una mano para ayudarlo. Entonces
una gran alegría
le llena su barriga de cosquillas.
Al oír esto Serafín, sus ojos se iluminaron como bombillas, y le
dijo sin dudarlo:
— Yo también quiero que mi barriga se llene de cosquillas. ¿Me
enseñarás a tener el mismo poder de tu mirada?
Al contestar Paula que sí,
Serafín dio un gran salto de
alegría.
Y desde aquél día
Serafín aprendió de Paula el gran poder de su
mirada.
Le enseñó a fijarse en las caras
para descubrir lo que sus
gestos significaban. Había de muchos tipos:
(Ahora damos todos a la vez un gran salto de alegría como
Serafín.)
Había caras tristes (...Ahora ponemos todos cara triste).
Había
caras enfadadas (...Ahora ponemos todos cara enfadada).
Había caras asustadas (...Ahora ponemos todos cara
asustada).
Había caras preocupadas (...Ahora
ponemos todos cara preocupada). Había caras aburridas
(...Ahora ponemos todos cara aburrida).
Había caras
de dolor (...Ahora ponemos todos cara de dolor). |
Había caras de cansancio (...Ahora ponemos todos cara de
cansancio).
Había caras agobiadas o nerviosas
(...Ahora ponemos todos cara agobiada o nerviosa por algo).
... Y había muchas caras más.
También Paula le enseñó a fijarse en los gestos, grandes o
pequeños,
que las personas hacemos
con las manos o con nuestro
cuerpo.
Por ejemplo, para decir sin palabras que tenemos hambre.
(Ahora todos decimos sin palabras que tenemos hambre.)
O para decir sin palabras que necesitamos ayuda o que alguien
nos socorra.
(Ahora todos decimos sin palabras que necesitamos ayuda.)
O para decir sin palabras que tenemos frío.
O para decir sin palabras que tenemos calor.
(Ahora todos decimos sin palabras que tenemos frío.)
(Ahora todos decimos sin palabras que tenemos calor.)
O para decir sin palabras que nos hemos hecho daño.
(Ahora todos decimos sin palabras que nos hemos hecho daño.)
O para decir sin palabras que estamos tristes y deprimidos.
(Ahora todos decimos sin palabras que estamos tristes y
deprimidos.)
O para decir sin palabras que tenemos un problema muy gordo, no
sabemos qué hacer y estamos pensando.
(Ahora todos decimos sin palabras que tenemos un gran problema y
estamos pensando.)
Y muchos gestos más.
Serafín aprendió tanto de Paula,
que llegó a tener el mismo
poder de su mirada.
Sabía lo que les pasaba a las personas que
estaban a su lado con sólo mirar sus caras,
o fijarse en los
gestos, grandes o pequeños,
que sin darse cuenta hacían sus
cuerpos.
De esta manera, como hacía Paula,
Serafín empezó a
descubrir
quién tenía alguna necesidad o estaba pasándolo mal, y
sin dudarlo se lanzaba a ayudarlo.
Y con gran alegría, Serafín
descubría
que siempre que así lo hacía,
su barriga se llenaba de
cosquillas.
Y colorín colorado este cuento
muy lleno de cosquillas se ha
terminado.
(Ahora todos hacemos cosquillas en la barriga a la persona que
tenemos a nuestra derecha, y luego a la que está a nuestra
izquierda, para terminar con mucha alegría.)
2.
TU PALABRA NOS DA VIDA
Hechos de los apóstoles 2,44-45
"Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común.
Vendían sus posesiones y bienes, y lo repartían a todos según
sus necesidades".
3.
ORACIÓN PARA LA VIDA
|
Padre bueno,
en este día tan feliz
para mí y para muchos,
no quiero olvidarme de
todos los niños
que sufren en el mundo.
Por los niños enfermos,
por los niños de la
guerra,
por los niños de la
calle,
por los niños
abandonados,
por los niños sin
familia,
por los niños que no
pueden ir a la escuela,
por los niños que no
tienen para comer,
por los niños que deben
trabajar,
por todos ellos Señor,
te quiero pedir en este
día.
Ayúdame a vivir
solidario
con todos ellos.
Que nunca olvide que Tú
estás presente
en el rostro de cada
niño.
4.
COMPROMISO PARA LA VIDA
Comer
todo lo que me echen en el plato, si esto no me cuesta mucho no repetir
la comida que más me gusta durante el día de hoy.
DESCARGA
 |
cajón de recursos





|