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DÍA 6
Este nuevo Dios SIEMPRE estará contigo:
"Los siete hermanos macabeos"
TEXTOS BÍBLICOS
2ª Corintios 11,16-33
16 Digo
una vez más que nadie me tome por fatuo; pero, aunque sea como fatuo, permitidme
que también me gloríe yo un poco.
17 Lo que os voy a decir, no lo diré según el Señor, sino como en un acceso de
locura, en la seguridad de tener algo de qué gloriarme.
18 Ya que tantos otros se glorían según la carne, también yo me voy a gloriar.
19 Gustosos soportáis a los fatuos, ¡vosotros que sois sensatos!
20 Soportáis que os esclavicen, que os devoren, que os roben, que se engrían,
que os abofeteen.
21 Para vergüenza vuestra lo digo; ¡como si nos hubiéramos mostrado débiles...!
En cualquier cosa en que alguien presumiere - es un locura lo que digo - también
presumo yo.
22 ¿Que son hebreos? También yo lo soy. ¿Que son israelitas? ¡También yo! ¿Son
descendencia de Abraham? ¡También yo!
23 ¿Ministros de Cristo? - ¡Digo una locura! - ¡Yo más que ellos! Más en
trabajos; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte,
muchas veces.
24 Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno.
25 Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un
día y una noche pasé en el abismo.
26 Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los
de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en
despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos;
27 trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días
sin comer; frío y desnudez.
28 Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas
las Iglesias.
29 ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo
me abrase?
30 Si hay que gloriarse, en mi flaqueza me gloriaré.
31 El Dios y Padre del Señor Jesús, ¡bendito sea por todos los siglos!, sabe que
no miento.
32 En Damasco, el etnarca del rey Aretas tenía puesta guardia en la ciudad de
los damascenos con el fin de prenderme.
33 Por una ventana y en una espuerta fui descolgado muro abajo. Así escapé de
sus manos.
Rom
8,31-39
31 Ante
esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
32 El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
34 ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó,
el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la
persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?,
36 como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como
ovejas destinadas al matadero.
37 Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
38 Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los
principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades
39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del
amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
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