En el Centro el niño y el joven deben encontrar estímulo y apoyo para llevar una vida comprometida en su casa, en sus ambientes naturales, en su barrio. Desde el Centro se han de canalizar muchas iniciativas de participación comprometida en la vida civil del entorno. El Centro debe estar siempre con la mirada puesta en los más pobres y desfavorecidos, que siempre deben encontrar calor, comprensión y solidaridad en los niños y jóvenes de Mies.
MIES integra a los jóvenes y niños en la tarea de Evangelización tras un lógico periodo de formación. Animándoles a ser en evangelizadores, a ellos mismos se les evangeliza mejor. Deben encontrar responsabilidades idóneas para su edad. Un Centro nunca debe significar para los niños y jóvenes que en él participan causa de justificación de incumplimiento de sus obligaciones familiares y de estudios. Al contrario, desde que el niño o el joven conecta con un Centro Mies, deberá notarse en él una transformación en sus comportamientos: se hará más servicial, más estudioso, más trabajador, más educado, más persona.