DÍA 1
"Abraham y Sara"
LEMA: Soy nuevo y todo lo hago nuevo
TEMA
ESQUEMA DEL EQUIPO
Leer dos veces las citas seguidas, como un solo texto. Después seleccionar la frase más importante, mientras entre todos van recordando la narración. Todo ello adaptado a la edad y conocimientos de los participantes.
Estamos en el siglo 18 antes de Cristo. Abrahán y Sara eran ancianos y estériles, y por eso se los miraba como malditos de los dioses. Pero un nuevo Dios les promete la bendición de tener descendencia y tierra propia en la que puedan vivir prósperamente. Y a pesar de las dificultades y la larga espera, ellos creen en sus promesas. Este Dios nuevo les promete lo que necesitan para ser felices: hijos y tierra, o sea, familia y trabajo. Él es capaz de cumplir estas promesas, por difíciles que parezcan, pero a su modo y a su tiempo... Ésta es la primera lección que pide Dios para empezar a caminar en su búsqueda. Es que si no nos fiamos de Dios, todo lo demás es inútil. No se puede buscar ni seguir a alguien de quien uno no se fía. Hay que suscitar la confianza en el Dios de Abrahán, que nos promete lo que necesitamos para ser felices. Los otros dioses, en cambio, son crueles y castigadores: piden a los pobres resignación ante la miseria que sufren y sumisión a los poderosos... La fe de Abrahán es modelo básico para todos nosotros. Tendremos que esforzarnos en aclarar qué es lo que realmente Dios nos promete. Abrahán es el “padre de los creyentes”. San Pablo lo destaca en Rom 4,18-22.
a) ¿Conocemos a gente que no se fía de Dios, y por eso tiene miedo de acercarse a él? b) ¿También nosotros a veces no nos fiamos de Dios? Contar algún caso nuestro... c) ¿Qué promesas nos hace Dios hoy a nosotros? ¿Creemos que se cumplirán? d) Aprendamos a distinguir entre el Dios de Abrahán y los otros dioses paganos. ¿En qué se diferencian?
- Creemos, Señor, que quieres darnos todo lo que necesitamos para ser felices. - Esperamos de ti, Dios de Abrahán, la felicidad que nos prometes. - Perdón, Señor, porque muchas veces no nos fiamos de ti. - Te pedimos que seamos bendición para todos nuestros descendientes. - Gracias por los hijos y la tierra que nos regalas. - Te bendecimos porque eres nuestro protector, y nuestra recompensa será grande. Se le entrega a cada uno un papelito donde ponga: creo, espero, perdón, pido por o gracias; y ellos tendrán que participar en la oración final del grupo desde esa consigna.
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CAJÓN DE RECURSOS
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