Él no dialoga con Satanás como había hecho Eva en el paraíso terrenal. Jesús sabe bien que con Satanás no se puede dialogar, como había hecho Eva, y elige refugiarse en la palabra de Dios, y responde con la fuerza de esta palabra. Recordemos esto en el momento de la tentación, de nuestras tentaciones. No argumentar con Satanás, sino defenderse siempre non la palabra de Dios, y esto nos salvará. En sus respuestas a Satanás, el Señor usando las palabras de Dios nos recuerda antes todo que “no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca del Dios”.