JOSÉ LUIS CARAVIAS AGUILAR sj (2/11/1935 – 25/03/2021)
Al padre, abuelo y amigo, de los que tuvimos la gracia de conocerlo, sacerdote jesuita que amó de manera especial a los Misioneros de la Esperanza, se hizo acompañante nuestro y supo guiar nuestros pasos hacia Jesús, desde el cariño, el respeto y calidez humana.
Al que supo transmitir con su vida, que tenemos un Papá Dios Todopoderoso en el Amor y que somos Hijos amadísimos.
Al luchador incansable, en favor de los excluidos (campesinos, pobres, homosexuales) de nuestro querido Paraguay, animando activamente para conseguir la justicia y paz social.
Al hombre sencillo, cercano y revelador del verdadero rostro de Dios, transcribo unas líneas de su libro “Dios en mi Vida”, con el compromiso fiel de que seguirá resonando en nuestros labios, especialmente para los niños y jóvenes de nuestros centros y para los que aún nos faltan por conocer.
Creo en un Dios siempre enteramente bueno (“ore taita juky asy”) que nos quiere
a todos por igual y que tiene hermosos proyectos para cada uno de sus hijos.
No creo en el “dios araña”, en vigilante espera para atraparnos, de frente fruncida,
que nos castiga para probarnos y reparte felicidad y desgracia a su antojo…
Creo en el Dios que está presente y activo en todo lugar donde se
busca y se realiza la justicia, verdad, libertad y amor.
No creo, en cambio, en dioses que favorecen y blanquean injusticias, mentiras, esclavitudes y odios. No creo en el dios del dinero acumulado y del poder opresor.
Creo en el Dios que siempre respeta la dignidad y la libertad humana.
Ofrece sus dones a todos, pero a nadie se los impone. Y ha puesto
la marcha de la historia en nuestras manos.
Pero no creo en dioses cuadriculados, que lo tienen todo fijamente
predeterminado, enemigos de la libertad; o dioses boticarios, que con “recetas milagreras” resuelven los problemas y evitan así a sus clientes el compromiso responsable de construir comunitariamente un mundo justo.
Creo en el Dios que históricamente se encarnó en Jesús, a través de María, haciéndose así en todo semejante a nosotros, sus hermanos, para que podamos así acercarnos a él con toda confianza.
Creo en el triunfo definitivo de Dios en cada uno de nosotros, en la sociedad, en la historia y en todo el universo.
Gratitud y Amor eterno a nuestro querido José Luis.
Sadi Bordón Alvarez
Resp. Provincial de Paraguay