La palabra "bautismo" significa literalmente "inmersión", y de hecho este Sacramento constituye una verdadera inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la que se resurge con Él como nuevas criaturas (cf. Rom 6,4). Se trata de un baño de regeneración y de iluminación. Regeneración porque realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual nadie puede entrar en el reino de los cielos (cf. Jn 3,5). Iluminación, ya que, por el Bautismo, la persona humana es colmada de la gracia de Cristo, "luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1,9) y disipa las tinieblas del pecado.