Muchos hoy en día, como en tiempo de Jesús, se proponen como "pastores" de nuestras vidas; pero sólo el Resucitado es el verdadero Pastor, que nos da vida en abundancia. Invito a todos a confiar en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía: nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos su Palabra con la mente y el corazón abiertos, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio.