Nació el 22 de enero de 1949 en Madrid. Ingresó, junto a su mujer, María Mijan, en los grupos de Fimes tras unos ejercicios espirituales que dio Diego Ernesto en la parroquia de San Vicente de Paul allá por el año 1974. Ya en 1990 comenzaría con la comunidad de Madrid un proceso comunitario con la entrega de biblias. Era un enamorado de la naturaleza y disfrutaba mucho de las salidas que se hacía con los niños y jóvenes al campo en campamentos y excursiones. Con intermitencia por los cambios de parroquia ante la dificultad de estar como Mies en las parroquias, estuvo llevando grupos de jóvenes hasta que ya por su enfermedad le fue imposible. Los jóvenes con los que estuvo le recuerdan con mucho cariño. Nunca perdió sus ganas de aprender y conocer cosas nuevas y a pesar de su enfermedad, se apuntó a realizar una carrera de Historia. Le recordamos por sus interminables abrazos, su fidelidad en épocas de oscuridad después de las cuales decía parafraseando la Palabra “al final le digo al Señor ¿dónde voy a ir? si Tú me quieres aquí”, de sus chascarrillos y su humor irónico muy típico de Madrid, de su gusto de estar en la comunidad que tanto quería y por la que tanto luchó, de esas canciones que eran sus favoritas como la de “Evangelio es decir amigo”. Dejó una huella muy profunda en la comunidad porque muchos de los que estamos ahora entramos siendo chavalillos y nos encontramos a un Tino que era padre de familia, mayor que nosotros y todo acogida. Le recordamos con muchísimo cariño y nos sabemos cuidados por él ahora que le tenemos al lado del Padre. Gracias al Señor por poner a Tino en nuestras vidas!!!! Y gracias por su vida y su testimonio. Firman: Mª Paz Perea del Rey y Rosana Arriola Algara