Escuchad a Jesús, no lo olvidéis. Es muy importante esta invitación del Padre. Nosotros, discípulos de Jesús, estamos llamados a ser personas que escuchan su voz y se toman en serio sus palabras. Para escuchar a Jesús, es necesario estar cerca de Él, seguirlo, como hacían las multitudes del Evangelio que le perseguían por las calles de Palestina. Jesús no hacía una cátedra o un púlpito fijo, sino que era un maestro itinerante, que proponía sus enseñanzas, que eran las enseñanzas que le había dado el Padre, a lo largo de las calles, recorriendo viajes no siempre predecibles y a veces poco fáciles. Seguir a Jesús para escucharlo, pero también escuchamos a Jesús en su palabra escrita, en el Evangelio. Os hago una pregunta, ¿vosotros leéis todos los días un párrafo del Evangelio?